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La Asamblea: ¿Compromiso o Conveniencia?

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hch. 2:42). En el Nuevo Testamento sólo hay una Iglesia, y todos los que por la fe están en Cristo Jesús están en ella, y como tales son miembros del cuerpo de Cristo (Ef. 1:22-23). No obstante, hay expresiones locales de la Iglesia, y éstas son las asambleas de creyentes, las congregaciones de los que al Señor le pertenecen. Estas asambleas deben reflejar la verdad de un solo cuerpo (Ef. 4:4), y funcionar conforme a las Escrituras, congregándose sólo en el Nombre del Señor Jesucristo (Mt. 18:20; Hch. 13:1; Ap. 1:4). Está claro que la asamblea local debe ser una comunión de creyentes. Sería contrario a las Escrituras si los creyentes tuviesen comunión con los que no están en Cristo (2 Co. 6:14). Así que es importante que la asamblea local conozca a los que están en comunión. Es una lástima que muchos santos no entienden verdaderamente el significado de estar en comunión. Piensan que la comunión es algo que “hacen”. A muchos el término significa los tiempos buenos de comunión que han pasado comiendo juntos, la conversación de sobremesa, o alguna otra actividad social. Aunque ciertamente tales cosas son buenas para los creyentes, la comunión en la asamblea local es realmente mucho más que esto. En Hechos 2:42 la palabra “comunión” es un sustantivo. Y si observamos con cuidado el texto dice: “la comunión”, con artículo definido, con lo que se refiere no sólo a una actividad sino también a una posición o un estado. ¡“En la comunión” expresa donde los santos perseveraban! La palabra “comunión” viene de una palabra raíz que se traduce “compañeros” en Lucas 5:10. Jacobo, Juan y Pedro eran compañeros en el negocio de pescar. La “comunión” de Hechos 2:42 era en realidad un “compañerismo de creyentes”. Cuando uno entra como compañero es porque tiene las mismas creencias y metas. Así debe ser también en la asamblea de los creyentes. La asamblea debe conocer a quienes recibe en “la comunión”. Esto puede ser por el informe de otros, como en el caso de Febe (Ro. 16:1-2), o puede ser por dos o tres testigos que escuchan el testimonio de los que desean entrar en la comunión. Hoy en día se enfatiza mucho en crecimiento numérico y por lo tanto estos pasos se suprimen con facilidad.

Cuando una asamblea recibe a un hermano a la comunión de los santos, asume una responsabilidad. La asamblea debe ser un lugar donde el creyente es cuidado, edificado, animado, consolado y protegido. Es un compañerismo en el cual el cuerpo cuida del santo individual. Pero entrar en la comunión supone que el creyente se comprometa también con la asamblea local. Puesto que él se identifica con el testimonio de la asamblea en esta localidad, su vida cotidiana no debe ser motivo de vergüenza a la asamblea ni al testimonio que ella da de Jesucristo. El individuo debe involucrarse como compañero en el testimonio de la iglesia. La asamblea no existe sólo para la conveniencia de los santos. No es un supermercado donde vienen los clientes a su capricho para suplir sus necesidades y luego salir. Los que están en comunión deben contribuir a la operación de la asamblea según el Señor les dé recursos. Puede ser en cuestión de finanzas. Puede ser en las labores físicas, o en las espirituales. Pero sea cual sea su modo de contribuir, deben hacerlo como al Señor, para el bien de la asamblea de los creyentes (Col. 3:23). Los compañeros también tienen la responsabilidad de estar presentes cuando se reúna la congregación. Los que asisten inconsistentemente o sólo vienen a un pequeño porcentaje de las reuniones, salvo en casos de enfermedad, no pueden ser considerados realmente compañeros en la obra, ¡o al menos no se les considera compañeros fieles! ¿Estás en la comunión, o simplemente asistes a unas actividades de tu asamblea cuando te parece bien o cuando quieras? El hecho de que asistes a unas reuniones no significa que estás en la comunión de los santos. Uno fácilmente puede asistir a actividades sin estar en comunión. Estar en comunión significa que estás convencido y tienes convicción acerca de las mismas verdades que la asamblea, y que te comprometes como compañero con los demás creyentes. ¿Es tu asamblea un compromiso o simplemente una conveniencia para ti? ¿Eres un compañero o simplemente uno que asistes?

S. Hulshizer El hermano Hulshizer es anciano en una asamblea en York, Pennsylvania (EE. UU.), escritor y también editor de una revista para creyentes. Spread The Word, 2721 Oberlin Dr., York, PA 17404, EE.UU http://www.stw1982.com traducido por Carlos Tomás Knott

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