top of page
hombre mujer.jpg

Vístete Apropiadamente
 

“Entonces Faraón envió y llamó a José...  y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón” (Gn. 41.14).
José se arregló apropiadamente para presentarse ante Faraón. Se aseó, y se vistió apropiadamente para estar ante el rey. Ya que Dios incluyó esto en la Biblia, podemos estar seguros de que le pareció importante comunicárnoslo.
   Hoy hay un creciente problema en la manera de vestirse para las reuniones de la iglesia. Algunos objetan a la idea de ropa apropiada, porque, dicen: “Dios ve el corazón”. Eso es cierto, pero NO es cierto que solo ve esto. Dios ve todo, incluso el rostro y la ropa, y le importa nuestra apariencia. Aunque a otros quizás no les importe, a Dios sí, y por eso, a los ancianos de esta asamblea también nos importa, en el temor de Dios.
   Cuando Israel iba a presentarse ante Dios frente al monte de Sinaí, Dios ordenó a Moisés lo siguiente: “...santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados” (Éx. 19.10-11). No debían presentarse de cualquier manera, sino prepararse bien para la ocasión.
   José mudó sus vestidos para ir a Faraón, porque eso muestra respeto y reverencia. Ester vistió su vestido real (Est. 5.1), lo mejor que tenía, para presentarse ante el rey. Y en nuestro caso, las reuniones de la iglesia son ocasiones especiales, pues nos reunimos en presencia del Rey de reyes, el Santo. Si uno es invitado a estar en presencia del rey y la reina de un país, recibirá instrucción en cómo vestirse para la ocasión, y es necesario hacerlo. También a nosotros los creyentes la instrucción es necesaria. Sobre todo, debemos venir a las reuniones vestidos apropiadamente, para mostrar respeto y reverencia.  Por ejemplo:
   No es apropiado venir a la reunión vestido como para ir al campo, a la playa, o un encuentro casual entre amigos, ni en ropa deportiva como chandal, ni mujeres en pantalones, ni hombres en pantalón corto o apretado. No son apropiadas las camisas escotadas o sin mangas, ni las chanclas.     
   Ni es apropiado vestirse inmodestamente. La ropa fue dada para cubrir el cuerpo, no para enseñarlo (Gn. 3.21). En la reunión de los santos, en la presencia de Dios, debemos vestirnos como santos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


   Lo apropiado para las mujeres es vestido o falda, no pantalón, porque es ropa de hombre. Deuteronomio 22.5 manda: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer, porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”. Los hombres no deben llevar vestido ni falda, y del mismo modo, las mujeres deben llevar pantalón. Dios dice: “abominación es”. El feminismo quiere borrar esa distinción, y lo ha conseguido en la sociedad alrededor nuestro. Pero el mundo no es el punto de referencia para el creyente. No se debe admitir en la iglesia las cosas del mundo, porque los creyentes no son del mundo (Jn. 17.16).
   Del mismo modo, los varones no se cubren en la congregación, pero las mujeres sí, deben cubrir su cabeza. Es otra distinción que Dios ordena en la apariencia (1 Co. 11.10-13).
   Dios también manda a las mujeres cristianas cómo presentarse. 1 Timoteo 2.9 dice: “las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos”.
   No podemos regular lo que pasa en el mundo. Pero tampoco hay que imitarlo.
   Rogamos y requeremos que todo creyente en la asamblea se cuide de vestir apropiadamente. Como una asamblea no debe tolerar la mala doctrina, tampoco debe tolerar la mala conducta – la desobediencia deliberada. Hermanos, la iglesia no es una sociedad libre, sino es gobernada por el Señor y Su Palabra. Ante todo, debe agradar al Señor, y no practicar acepción de personas. Todos debemos ser “hacedores de la palabra” (Stg. 2.22).


 

ropa apropiada.jpg
bottom of page